Juan de Aragón nació en Sevilla el 30 de junio de 1478 durante la Guerra de Sucesión Castellana. Se sabe que el parto real fue asistido por una partera sevillana, conocida como la Herradera y que contó con la presencia como testigos designados por el rey Fernando, de Garci Téllez, Alonso Melgarejo, Fernando de Abrejo y Juan de Pineda, según marcaban las normas castellanas, para disipar la menor duda de que era hijo de la reina. Ya con casi 19 años, se casó en abril de 1497, en la catedral de Burgos con la archiduquesa Margarita de Austria, hija del rey de romanos Maximiliano I de Habsburgo y de la duquesa María de Borgoña. Seis meses después de su boda, el 4 de octubre, murió en Salamanca, ciudad a la que había llegado de camino hacia la boda de su hermana, a consecuencia de la tuberculosis. Unos meses después su mujer Margarita dio a luz a una hija que murió en el parto. Tras estos acontecimientos, la hermana mayor de Juan, Isabel, fue nombrada princesa de Asturias y de Gerona. Su cuerpo debía reposar en el Real Monasterio de Santo Tomás de avila, en el precioso sepulcro realizado años después en 1510 por Domenico Fancelli, por encargo de Fernando el Católico, pero fue profanado durante la Guerra de Independencia Española y actualmente se desconoce dónde se encuentran sus restos. En 1492, Cristóbal Colón denominó a la recién descubierta isla de Cuba Isla Juana en deferencia al Príncipe Juan, que era en aquellos momentos el heredero.
El epitafio del sepulcro dice lo siguiente:
Juan, Príncipe de las Españas, de virtudes y ciencia lleno, verdadero cristiano, muy amado de sus padres y de su patria, en pocos años realizó muchas obras buenas con prudencia y virtud. Descansa en este túmulo mandado hacer por su óptimo y piadoso padre Fernando, rey invicto y defensor de la Iglesia. Su madre, la Reina Isabel, purísima y depósito de todas las virtudes, mandó por testamento se hiciese tal. Vivió diez y nueve años y murió en 1497.
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