sábado, 24 de septiembre de 2011

Viriato

Viriato fue el principal caudillo de la tribu lusitana que hizo frente a la expansión de Roma en el territorio comprendido entre el Duero y el Guadiana, incluyendo aproximadamente lo que hoy es parte de la provincia de Zamora, casi toda la provincia de Salamanca, el territorio occidental de la provincia de Ávila , Extremadura, el occidente de la provincia de Toledo y, por último, y sobre todo Portugal. La mayor parte de su vida y de sus campañas guerreras forman parte de la leyenda tejida en torno a su persona. La única referencia de su tribu nativa está en Diodoro Sículo, que la sitúa en la costa lusitana. Los romanos lo acabaron reconociendo como dux lusitanorum líder de los lusitanos. Ya en su terreno, derrotó al cónsul Serviliano en el 141 a.C. y consiguió concluir un tratado de paz con Roma, que ésta, decidida a sofocar la resistencia de celtíberos y lusitanos, no tardó en romper. Se envió un nuevo ejército, al mando del cónsul Cepión, quien aprovechó unas negociaciones con los lusitanos para sobornar a varios lugartenientes de Viriato con el fin de que lo asesinasen, como así hicieron. Muerto el líder, la rebelión lusitana perdió fuerza, y en pocos años Roma consolidó su posición en la península Ibérica.



domingo, 18 de septiembre de 2011

La Prehistoria en la Península Ibérica

La historia de Iberia propiamente dicha, comienza con la llegada de los pueblos colonizadores fenicios, griegos, cartagineses y, posteriormente, romanos. Estaban culturalmente más adelantados que los habitantes peninsulares nativos e impusieron sobre ellos su economía, sus costumbres y sus tradiciones. Sin embargo, los testimonios que nos han dejado no han podido ser interpretados de manera satisfactoria, por lo que su historia resulta parcial. Las primeras muestras reales de la ocupación humana de la Península Ibérica las encontramos en las cuevas de Altamira, llamada con toda propiedad, la Capilla Sixtina del Arte Cuaternario. Aquí encontramos muestras del arte del hombre primitivo, en la forma de grabados de figuras de los animales que cazaban. Las figuras, además del elemento estético, expresan muy fuertemente una intención religiosa o mágica, que tiene que ver con el culto a la caza. Se calcula que estos grabados fueron hechos hace unos 10.000 a 15.000 años. El primer pueblo que llega a la Península desde las regiones más desarrolladas del Mediterráneo, son los fenicios,Los fenicios se dedicaron a la explotación de los metales preciosos, que abundaban en aquel momento en la Península. Es con los fenicios en España, precisamente, que nace la industria metalúrgica.Pero también se dedicaron a la pesca y de aquí se deriva la gran tradición de la industria pesquera de España y Portugal. Los griegos llegaron por primera vez a España en el siglo VII a.C. y muy poco después fundaron la ciudad de Emporion, conocida hoy como Ampurias, en la costa catalana. Los griegos, igual que los fenicios, colonizaron la zona del litoral de Levante, pero no penetraron el interior de la Península, ya que no tenían espíritu conquistador, sus intereses eran los comerciales. Los cartagineses llegaron por primera vez a la Península Ibérica en el siglo VI a.C., invitados por el pueblo fenicio que habitaba la ciudad de Gádir, para protegerlos de los ataques de un pueblo indígena peninsular muy aguerrido y valiente. Es aquí cuando en verdad se inicia la ocupación cartaginesa del territorio español. La contribución cartaginesa al desarrollo de la cultura de la Península fue muy poca: desarrollan aún más el comercio; introducen el concepto de la disciplina militar; también se supone que con sus famosas bailarinas, sembraron la semilla de lo que en la época contemporánea es el baile flamenco. Los iberos no se sabe cuando llegaron los iberos a la Península Ibérica, pero sí sabemos que desarrollaron una sociedad muy avanzada entre los años 600 a.C. y 200 a.C. Este pueblo había llegado del norte de África y desarrollaron con mucho talento la escultura, la arquitectura, la cerámica y la orfebrería. Aunque generalmente se habla de los iberos como de un pueblo único, debido a los rasgos comunes que presenta su cultura, la verdad es que ellos constituyeron una serie de tribus, con lenguas diferentes y grados de civilización muy distintos. Entre estas tribus eran muy frecuentes las guerras y nunca lograron la unificación política. Los celtas El otro pueblo importante que originalmente ocupó la Península Ibérica fue el de los celtas. Éstos llegaron a España del norte de Europa, a través del Pirineo Occidental, como 600 años antes de Cristo. Los celtas conformaban un pueblo gurrero, con cultura menos desarrollada que la de los iberos. Sin embargo, después de enfrentarse con éstos, fueron capaces de expandirse por toda la Península, excepto Levante y Andalucía. Un poco más tarde son expulsados de la zona central de la Península por los iberos, y se refugian en Galicia y Portugal. Es en estas zonas donde los celtas dejaron su influencia mayor. Es muy poca la información que se tiene sobre los celtas. Uno de los pocos recuerdos de su presencia en la Península, es el buen número de ciudades y pueblos, cuyos nombres terminan en -briga. A su llegada a Portugal, los romanos llamaron al pueblo celta, lusitanos, nombre que todavía sobrevive como identificador de los modernos portugueses. La llegada de los romanos a la Península Ibérica se da en el año 218 a.C., cuando desembarca un ejército del Imperio desembarca en Ampurias. El comandante del ejército invasor se llamaba Cneo Escipión. Es con la invasión de los romanos que los españoles inventaron la táctica de la guerra de guerrillas. Lo que Roma trajo a España El principio del municipio, el Derecho romano, el latín, obras de ingienería, la literatura y a través de los romanos, se introduce a Hispania el cristianismo, que resultará más tarde en la religión católica.